About Me

My photo
Valencia, California
Studying scripture and preaching the Word to draw us into deeper understanding and more faithful discipleship.

Saturday, September 29, 2007

All God's children have robes that fit

Steve was one of our graduates when I worked at Course of Study. He was a big man, easily 6'5" and 300-350 pounds. BB was doing the fittings for the graduation robes and Steve couldn't find one that fit. B came and told me and I told her to tell him we would get one "storage" and not to worry. A couple of minutes later R called my cell and said Steve had just called and said he wasn't going to participate in the graduation service. She said he seemed very upset and very embarrassed and to be very gentle with him.

So I went and found him. He was sitting on a bench outside the chapel (where we all were for rehearsal). he was on the phone with his wife telling her to please come and just pick him up. I sat down next to him and waited for him to get off the phone. When he did, he said, "Did you get my message?" I said, "Yes, but I wish I didn't." I followed up with the question, "If I can get you a robe, would you come to graduation?" He protested a little saying I didn't have to do that work, that it wasn't my fault. I said it wasn't his fault either. He tried to object and I stopped him and reiterated that it wasn't his fault. I asked again if he would come to graduation if I got him a robe. He said if I went to all that work he guessed he would.

He asked what I wanted him to do about rehearsal and I said I wanted him to come and practice with everyone else. He asked for a minute to call his wife and tell her not to come and then came in and joined us.

BB went and talked with JB at Cokesbury to see what he might find. After rehearsal, I checked with JB and he said that what the area Cokesbury stores had wouldn't be big enough. All along I said if I had to, I would make him a robe myself. Fortunately, I had a better idea than making a robe from scratch--to instead make an extender. So I went to the Fabric store and got black taffeta and some snaps and thread and after dinner I went home and got to work. Only 1 major problem--my sewing machine was busted. I talked with my mom and my aunt and neither of them could figure it out, so I just did it by hand. Then during "Big Break" on Thursday I met with M, Steve's wife, and she thought it should be bigger. So I took off the snaps and started over. When he finally tried it on right before graduation, it fit smoothly, but only if he didn't move. And as that clearly wasn't going to happen, his wife tried to do some fixing, but in the end they ended up just leaving the last few snaps undone. It was a bit mickey mouse but he was pleased and glad to be walking at graduation. Both M and Steve thanked me and both told me that Steve had written about the experience in one of his classes.

The next day he came and gave me a copy of his journal entry and it was very sweet and the phrase he used was "All God's children have robes that fit." It reminded me of the Mahalia Jackson song, "All God's children have shoes." Two sermon themes come to mind:

1) God is not size-ist like we are and all God's children have robes that fit. We all get robes where we feel comfortable, affirmed, and respectable.

2) All God's children have...
a robe that fits
have shoes to wear
have food
have fun and can play
have freedom
have health care

Sunday, September 16, 2007

Jonas--la historia de la humanidad

En la historia de Jonas, tenemos la historia de la humanidad. Al principio vemos que Jonas fue rebelde. Tanto como Adan y Eva, Dios le pidio que hiciera algo y él hizo el opuesto. Desobedeció. Para Adan y Eva, sabemos bien que Dios les dijo que no comieran de la fruta del arbol. Ellos desobedecieron y comieron la fruta. Tanto que Dios le dijo a Jonas que fuera a Nínive, y el hizo el opuesto y se fue corriendo. En las dos historias vemos que despues de desobedecer, la gente intenta esconderse. Son avergonzados por su pecado y no quieren que Dios los vea.

Y como resultado del pecado, todos sufren. Para Adan y Eva, sabemos que de ellos y sus pecados, todos sufrimos, trabajamos la tierra, sudando en el calor, y las mujeres sufren dolor tremendo al parto de un bebe. Para Jonas, fueron los marineros a su alrededor que sufrieron. Sufrieron ellos por la tormenta en el mar. Todos sufrimos como resultado de los pecados principales. Por el mundo escuchamos el clamor de todos pieiendole a sus dioses por ayuda.

Mientras tanto, el pecador principal ignora el problema, pero por su sufrimiento los demas tienen que buscarle y pedirle ayuda. EL pecador principal es el que tiene que someterse y resolver el problema. Nosotros no podemos resolver ni perdonar los pecados de los demas. El unico que lo puede hacer es el pecador principal, que normalmente es demasiado debil, o lo puede hacer Dios.

Cuando los marineros le preguntaron a Jonas que debian hacer, el les contesto que debian de lanzarle al mar. Otra vez encontramos a Jonas como cobarde. No dijo llevenme a Ninive, no intento regresar al llamado de Dios. No queria luchar por lo significante. Queria esconderse mas alli en el mar. Queria evitar los problemas. Queria huir todavia mas. Pero los marinero nos quiserion ser culpables por la muerte de Jonas, entonces no le hicieron nada.

Los hechos de Jonas se parecen mucho a los nuestros en cuanto a que hemos evitado lo dificil, cuando no aceptamos lo que Dios tiene para nosotos, intentamos con todo lo que tenemos alejarnos. Actuamos como cobardes.

Al final del capítulo uno, parece que Jonás se gano. Lo lanzaron al mar y se calmó la tormenta. Otra vez Jonás evitó su llamado. Pero Dios no dejo que terminara la historia allí. Dios no deja que determinemos nosotros todo lo que nos va pasar. Nosotros sí podemos escoger otro camino. Nosotros sí podemos impedir la voluntad de Dios por nuestra rebelion. Nosotros sí podemos tardar en cumplir el plan que Dios tiene para nosotros. Pero si Dios tiene un plan—se lo va a cumplir.

Entonces, allí esta Jonás en el mar, listo para morirse en vez de seguir a Dios, a su llamado. Pero Dios tiene un plan. Manda un pez, y se lo come a Jonás. No lo comió en forma tradicional. Lo comió para guardarlo. Para protegerlo. Se quedó Jonás allí en el vientre por 3 días y 3 noches. Tres días y tres noches. Escuchamos a Jonás y él dice: <> <> <> <> <> Por tres días y tres noches Jonás pasó por la muerte, se murió a si mismo. Después de darse cuenta del pecador que era. Después de darse cuenta de la bondad de Dios y la necesidad de dependerse de él, después de arrepentirse por sus malos hechos y comprometerse al llamado de Dios, después de todo esto, Dios le saltó. Dice la escritura que < ¿Se acuerdan de que Cristo también se quedo enterrado, guardado, tres días y tres noches? Se levantó el tercer día y nos había limpiado, nos había hecho capaces de seguir a Dios de verdad. Sanó la relación quebrada que tuvimos nosotros, los pecadores, los rebeldes, los cobardes, con Dios. La sanó. La reparó. La arregló para que siguiéramos a Dios. En la historia de Jonás, después de 3 días, parecido a Cristo, sale y se levanta del vientre. Sale del vientre, o sea fue nacido de nuevo y ahora cuando Dios le habla, está listo de escucharle y seguir el llamado. Después de quedarse guardado enterrado en el vientre del pez, sale de nuevo, y no solo sale de nuevo, pero sale un hombre nuevo. Es una nueva creación. Y ahora cuando en capitulo 3 Dios le dice: <> Jonás le obedeció.

O sea cuando hemos muerto al pecado, a la vida rebelde, somos nacidos de nuevo, somos gente nueva. Renovados por Dios, capaces por los hechos de Cristo, nos sometemos al Señor. Y como Jonás, obedecemos al llamado. Quizás nos llevará al llamado a gente mala, a lugares desconocidos, a proyectos bien difíciles, pero cuando hemos pasado por la muerte de la vida rebelde y regresado, renovado, y nuevo, entendemos bien lo que es obedecer a Dios. Y seguimos su voluntad. Seguimos hasta adonde nos lleva---aunque sea un Nínive, y cumplimos lo que debemos.

Fíjense, hay 2 milagros que ocurren en la historia de Jonás—uno es la transformación de el por su rebeldía. El otro es la transformación del pueblo de Nínive. Jonás les habla, les proclama que eran rebeldes y malos y que dentro de 40 días la ciudad seria destruida. Por lo que cuenta la biblia, se supone que Jonás pensaba que seguirían en lo malo, que serian rebeldes y cobardes como él, pero no fue así. En vez de seguir desobedeciendo, los de Nínive se arrepintieron. Se cubrían de cenizas y ayunaron. Cambiaron de la maldad. Y Dios tuvo compasión de ellos. Dios tuvo compasión porque la gente se arrepintió y le buscaba a Dios. La gracia del Señor es abundante y aunque había hecho muchas maldades, tuvo misericordia por su gente porque le regresaron y se arrepintieron por sus hechos.

El final de la historia de Jonás nos ilumina bien el carácter humano. Nos encontramos otra vez con Jonás—ahora enfurecido por lo que pasó con los de Nínive. Enojado que Dios no destruyó a sus enemigos. Siendo humano, Jonás tuvo dificultad en perdonar los pecados de otros. No quiso olvidarse de lo que habían hecho. No quiso estar en la misma barca con ellos, no quiso ser igual a sus enemigos. Solo podía verlos por su pasado, no por lo que Dios había hecho en y por ellos para que tuvieron un futuro. ¿Cuántas veces hemos sido como Jonás? ¿Cuántas veces hemos querido castigar al enemigo, aun habiendo sido transformado, por lo del pasado e ignorado el presente—la nueva creación que les hizo Dios?

Jonás protesta y protesta. Se quedó bajo un árbol, enfurecido, sentado como niño. Y Dios le dio una lección—la lección que aun por las cosas pequeñas—las ramitas del árbol, una sombrita, nos preocupamos. ¿Por qué Dios no se preocuparía por su gente? --miles y miles, más que 120,000 en Nínive, ¿Por qué no se preocuparía por ellos?

En resumen, empezamos como el primer Adán, pecadores, caídos, desobedientes, y nuestra desobediencia resulta en problemas para todos los alrededor de nosotros. Como Jonás tenemos que morir a nosotros y ser nacidos de nuevo en Cristo, y después de la muerte y la nueva vida, podemos ser obedientes y fieles al llamado. Pero aunque siendo renovados y nuevos, tenemos la tentación a ser como Jonás y seguir en lo más humano de nosotros—lo de dar culpa y no perdonar. Y aunque somos pueriles, Dios sigue siendo constante, lleno de amor y misericordia, y si arrepienten los infieles, Dios les perdona. Estas son las buenas nuevas, que podemos encontrar nueva vida en Cristo y que si arrepentimos, Dios nos perdona. Amén.